Pienso en ti.
Busco palabras
Que maten mi perdición,
Que acabe con mi pasión,
La pistola
Que mate a mi asesino:
Pensar en ti.
Mi perdición y mi asesino
Es tu recuerdo:
Tus ojos, tu pelo,
Tu…
Si acaso conociera algo más…
Ilustración de Trebi Man
Pero tengo un papel
Sin su caramelo,
Tengo una piel
Sin su manzana,
Un colgante sin un cuello,
Tengo un cuerpo y una cara
Pero nada dentro,
Y aunque no haya humo
Lo que sí hay es fuego.
Arde por la llama de tus ojos
Y nada alcanza a apagarlo.
Sólo acude el viento
Y jugando con la hoguera de tus cabellos
Sólo consigue avivarlo.
Llamas a mi alrededor,
Ríos de lava en mi interior.
Campos abrasándose en escena,
Ríos de lava corriendo por mis venas.
Nada, nada escapa a su paso;
Un rojo intenso ilumina el gran teatro.
¡Fuego, fuego, fuego!
En él arde mi corazón
Pero no grita su salvación
Ni se ahoga en sus propios ruegos:
Él arde y arde feliz,
Contento de abrasarse
En el fuego de Eros.
Las llamaradas del iris,
Que cercan a la pupila,
Que brilla al son de las llamas,
Queman montes y colinas;
Queman flores y semillas;
Queman corazones
Que a tus ojos dirigen la vista.
Y ardió la triste y gris ciudad:
Las ventanas reflejaban
Los tonos anaranjados;
Hombres que corren asustados;
Allí un viejo que presiente su final;
Allá, ladrando, un perro;
Allí un hombre suplicando
Pálido quedó.
Y pensando en ti
Ardió el mundo entero,
Y sólo quedamos tú y yo.
Todos los derechos reservados-Abel García-©
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